Nos conocimos por nuestro trabajo de entonces y sin darnos cuenta. Nos cruzamos un par de veces por la calle. Él, con su traje sport formal, su pelo corto y sus anteojos, me pedía muy serio si podía cuidarle la bici mientras almorzaba en un restó.. “Claro!, no hay problema!..”-decía yo-. Así, entre un almuerzo y otro, nos hicimos amigos. Alguna vez me prestó dinero para viajar..lo devolví al regreso. Me llamaba a todo pulmón si me veía por la calle. Muchos me dijeron que me quería y admiraba (nunca entendí bien por qué).
Un día me lo encontré en una excursión, sin planearlo. Mi amiga y yo nos insolamos; él llevaba bloqueador. Me decía que lo que no le gustaba de viajar, era el viaje en sí, pero que le encantaba conocer destinos. Yo no concebía un viaje que no fuera largo, para meditar y observar.
Estuvimos conectados por algún tiempo. Con intermediarios siempre. Siempre AMIGOS. Yo tenía más inseguridades, más rastas y menos tatuajes que ahora. Él tenía comentarios sutilmente hirientes. En ese entonces, supe dejar de quererlo, y hasta olvidarlo.
Por circunstancias de la vida, dejamos de vernos. Yo viajé y no volví. Supe que estuvo en pareja. Que cambió de empresa y de rubro. Cuando regresé, volví a partir al poco tiempo. Lo encontré en el chat unos minutos y me contó que estaba haciendo carrera interesante en lo suyo.
Volví, y pasaron 2 años más.
Mi vida entera había cambiado, mi look, mis gustos, mis seguridades, mis tranquilidades..
Lo crucé en el centro y tuve que mirar dos veces para cerciorarme que esos ojos yo los conocía. Él también había cambiado. Nos abrazamos como dos grandes amigos, y creo que fue recién en ese momento que nos dimos cuenta cuánto nos habíamos extrañado. Fue tácito. Fue inconsciente. Cambiamos info y prometimos charlar, cena mediante. Así fue un par de semanas después, y nos contamos todo lo que había pasados en esos 4 años sin vernos.
No volvimos a vernos después de esa vez, aunque nos mantuvimos conectados y en contacto.. y supimos decirnos mucho por via electrónica.
Volví a quererlo alguna vez, y recordé cómo dejar de quererlo al día siguiente.
No lo volví a ver, hasta la semana pasada. Fue pura causalidad.
Extraña razón tendrá el universo para que nos veamos en ciertos momentos. Una cena mendocina..vinos ricos y empanadas caseritas..
Alguna sonrisa cómplice..
Una palabra sin terminar..
Y unos besos de ésos de colores. De ésos que no querés que se terminen.
Alguna vez me lo dijo, estando en otro continente. Hoy, me toca hablar a mi..-con ayuda de algún poeta-..(**)
Un amor más allá del amor,
por encima del rito del vínculo,
más allá del juego siniestro
de la soledad y la compañía.
un amor que no necesite regreso,
pero tampoco partida.
un amor no sometido
a los fogonazos de ir y de volver,
de estar despiertos o dormidos,
de llamar o callar.
un amor para estar juntos
o para no estarlo, pero también
para todas las posiciones intermedias.
un amor como abrir los ojos,
y quizá también como cerrarlos.
(**) -Roberto Juarroz-.
Un día me lo encontré en una excursión, sin planearlo. Mi amiga y yo nos insolamos; él llevaba bloqueador. Me decía que lo que no le gustaba de viajar, era el viaje en sí, pero que le encantaba conocer destinos. Yo no concebía un viaje que no fuera largo, para meditar y observar.
Estuvimos conectados por algún tiempo. Con intermediarios siempre. Siempre AMIGOS. Yo tenía más inseguridades, más rastas y menos tatuajes que ahora. Él tenía comentarios sutilmente hirientes. En ese entonces, supe dejar de quererlo, y hasta olvidarlo.
Por circunstancias de la vida, dejamos de vernos. Yo viajé y no volví. Supe que estuvo en pareja. Que cambió de empresa y de rubro. Cuando regresé, volví a partir al poco tiempo. Lo encontré en el chat unos minutos y me contó que estaba haciendo carrera interesante en lo suyo.
Volví, y pasaron 2 años más.
Mi vida entera había cambiado, mi look, mis gustos, mis seguridades, mis tranquilidades..
Lo crucé en el centro y tuve que mirar dos veces para cerciorarme que esos ojos yo los conocía. Él también había cambiado. Nos abrazamos como dos grandes amigos, y creo que fue recién en ese momento que nos dimos cuenta cuánto nos habíamos extrañado. Fue tácito. Fue inconsciente. Cambiamos info y prometimos charlar, cena mediante. Así fue un par de semanas después, y nos contamos todo lo que había pasados en esos 4 años sin vernos.
No volvimos a vernos después de esa vez, aunque nos mantuvimos conectados y en contacto.. y supimos decirnos mucho por via electrónica.
Volví a quererlo alguna vez, y recordé cómo dejar de quererlo al día siguiente.
No lo volví a ver, hasta la semana pasada. Fue pura causalidad.
Extraña razón tendrá el universo para que nos veamos en ciertos momentos. Una cena mendocina..vinos ricos y empanadas caseritas..
Alguna sonrisa cómplice..
Una palabra sin terminar..
Y unos besos de ésos de colores. De ésos que no querés que se terminen.
Alguna vez me lo dijo, estando en otro continente. Hoy, me toca hablar a mi..-con ayuda de algún poeta-..(**)
Un amor más allá del amor,
por encima del rito del vínculo,
más allá del juego siniestro
de la soledad y la compañía.
un amor que no necesite regreso,
pero tampoco partida.
un amor no sometido
a los fogonazos de ir y de volver,
de estar despiertos o dormidos,
de llamar o callar.
un amor para estar juntos
o para no estarlo, pero también
para todas las posiciones intermedias.
un amor como abrir los ojos,
y quizá también como cerrarlos.
(**) -Roberto Juarroz-.
El cariño sigue intacto. No te pierdas.
